FOTOGRAFÍA CREATIVA MUST 8: NAN GOLDIN
Es un auténtico lujo asiático para nosotros cerrar un curso con ella. Nan Goldin irrumpió en nuestros corazones de la misma implacable manera que lo hizo en las salas de arte durante los años 80. Su exposición «Balada De La Dependencia Sexual» con la que narra en primera persona su propia experiencia cruda, física y sin adornos, rompe con los discursos y modelos fotográficos anteriores y abre un nuevo camino para toda una generación de fotógrafos que habrán de documentar los territorios más íntimos.
La fotografía de Nan Goldin es a menudo dolorosamente introspectiva. Este tipo documental íntimo no mantiene la distancia entre el fotógrafo y lo fotografiado, sino que establece una identificación y solapamiento total entre ambos términos. No solo vuelve el objetivo de la cámara hacia sí misma, sino que lo hace desde la posición de poder y privilegio que le concede la pertenencia al grupo fotografiado.
La sinceridad y el apetito voraz por la verdad de Goldin se podrían interpretar como una reacción personal hacia su propia educación de clase media en un barrio residencial de la ciudad de Washington y contra el silencio de su familia cuando su hermana se suicidó a los dieciocho años. Siempre ha manifestado que su fotografía versa sobre la empatía y que su mayor interés es simplemente lograr sentir lo que sienten las otras personas: –Existe un muro de cristal entre las personas y yo quiero romperlo.-. La cámara pues, se convierte en una extensión corporal de la vista. Para ella, hacer una fotografía es una forma de tocar a alguien, una caricia.
Hoy más que nunca se hace necesaria la revisión y continuidad de su obra. En un mundo en el que la fotografía ya no deja que las cosas sean lo que son en realidad, sino que sean más o menos, algo totalmente modificado y distorsionado que ya nunca ofrece una visión de la vida tal y como sucede, necesitamos a Nan Goldin. Con ella cerramos el curso, que la disfrutéis.
Para entender mejor la fotografía de Nan Goldin: