Proyecto 11 · Dina Goldstein · In the doll house

Hoy vamos a prestar especial atención a la forma de presentar un proyecto de la forma más democrática y económica que conocemos: vía web. Como con todo, uno siempre puede invertir lo que desee en la divulgación de su trabajo, pero es muy simple hacerse con un dominio y un hosting, instalar una plantilla sencilla para exhibir tu portfolio y comenzar a funcionar en el complejo mundo de la fotografía artística.
Hemos elegido «In The Doll Houses» de Dina Goldstein para mostrarte que además del arte final propio de salas de exposiciones, también se creó una web independientes a la propia de la fotógrafa. En esta web no solo se pueden ver las fotografías del proyecto, sino además todo lo que tiene que ver con él: Colaboradores, audiovisuales, notas de prensa, exposiciones y premios e incluso una tienda en la que vender copias numeradas y firmadas así como el fotolibro de la obra en tapa dura y blanda.
Dina Goldstein mantiene esta misma estrategia con otros proyectos como «Fallen Princesses», el cual también puedes visitar aquí.

Dina Goldstein (Tel Aviv, 1969), comenzó su relación con la fotografía en 1993. Nunca pensó que se convertiría en fotógrafa profesional y, una vez dentro, tampoco creyó que tendría el suficiente talento para mantenerse en el negocio hasta el día de hoy. En sus propias palabras fotografía simplemente aquello que le interesa o llama su atención y marca como parte fundamental de su éxito el hecho de mantenerse rodeada constantemente de otros artistas (actores, músicos, cineastas, fotógrafos) todos ellos con las mismas ganas de aprender que ella misma experimenta y siempre abiertos a la experimentación.

Al principio su carrera se orientó al fotoperiodismo y trabajó en un periódico semanal de la comunidad. Aunque viendo su trabajo no lo parezca, estuvo muy influenciada por fotógrafos clásicos del blanco y negro, muchos de ellos mujeres, que fueron pioneras del estilo documental. Cree firmemente que mujeres como Dorthea Lange, Margaret Bourke White o Diane Arbus han creado un ambiente fértil para todas las fotógrafas que vendrían tras ellas.

A veces fantaseaba acerca de ser fotógrafa de guerra, y esos sueños la llevaron a viajar a las zona asoladas por conflictos bélicos como Gaza y Cisjordania, donde fotografió campos de refugiados y las zonas ocupadas por israelíes y árabes. Estos eran ambientes muy tensos y el resultado fue una valiente serie de retratos en blanco y negro de un pueblo que intentaba sobrevivir en medio del fuego cruzado a consecuencia de la falta de armonía política de sus dirigentes dejándolos sumidos en un futuro incierto.

Cuando regresó de Gaza decidió que la fotografía de guerra no era para ella. Desde el principio se dio cuenta de que aunque los reporteros gráficos son los auténticos superhéroes de la profesión, elegir ese camino probablemente la llevaría a una existencia muy solitaria y peligrosa. A finales de los 90 se casó y a principios de 2000, aporvechando el nuevo milenio, dio el cambio al color. Empezó a fotografiar y estudiar subculturas como los «Body Builders», los luchadores, los jugadores, los adolescentes y los agricultores entre otros muchos. Aunque su deseo era dedicarse en cuerpo y alma todos los días a sus proyectos personales, tuvo que combinar esta actividad con otro tipo de sesiones como bodas y retratos para ganarse la vida.

Persistió en sus sueños y salió al mundo a buscar las fotografías en las que verdaderamente estaba interesada. Viajó, conoció y habló con personas de diferentes culturas y clases sociales. Intentó en todo momento tener una mente abierta porque sabía que esa era la clave para llegar a descubrimientos y hallazgos sorprendentes.
En 2005 ya estaba fotografiando para revistas internacionales y teniendo numerosos encargos de fotografía publicitaria. Justo entonces nació su primera hija a la vez que fue diagnosticada de cáncer de mama. Fruto de su experiencia como madre y de sus negociaciones con la enfermedad se planteó el proyecto relacionado con las Princesas Disney.
Comenzó a preguntarse qué pasaría si estas princesas (modelos a seguir para niñas. jóvenes y mujeres) tuvieran que hacer frente a un problema real como el cáncer. ¿Qué pasaría años después del final del cuento cuando todo sería felices para siempre?, ¿realmente su vida fue como la soñaban y esperaban?, ¿envejecerían y se adaptarían bien a las complejidades de la vida real?.

«Fallen Princesses» nació en 2017 y fue el proyecto que le dio visibilidad y la catapultó a la fama. Unos años más tarde tuvo a su segunda hija y observándolas jugar con sus amigos comenzó a reflexionar sobre el mundo de los muñecos Barbie y Ken observando a la pareja de plástico con un ojo más crítico y decidió que su próximo proyecto exploraría la perfecta y rosa vida privada de Barbie y Ken. Con este proyecto que hoy te mostramos descubrimos una triste historia de pareja moderna que sufre los desafíos de un matrimonio impuesto, una existencia superficial y la falta de autenticidad. Se trata de una reflexión sobre la naturaleza transitoria de la belleza, la dificultad del matrimonio y de la importancia de la autenticidad.

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