Sally Mann ( Virginia, 1951) es una de las fotógrafas más reconocidas tanto en la cultura estadounidense como en la esfera artística internacional.
Estudió fotografía en la Praestegaard Film School (1971) y en la Aegeon School of Fine Arts (1972), entre otros, graduándose en 1974 en el Bennington College.
Muchas de las obras de Sally Mann se han realizado en espacios íntimos, y esto se percibe desde el primer momento que uno decide acercarse a su obra. Dos ejemplos de esto son «Proud Flesh», una serie de fotografías de su marido, realizadas diariamente cuando este volvía de su trabajo, e «Immediate Family», su obra màs conocida concentrada en fotos de sus hijos. Todas estas fotografías reflejan un entorno familiar relajado y libre, tanto que en ocasiones puede resultar desconcertante para el espectador. En obras posteriores, su mirada comenzó a transformarse para terminar mostrando un mundo mucho más interior y en ocasiones, provocador.
Utilizó como técnica para sus fotografías el colodión húmedo, aprovechando los efectos e irregularidades del revelado para crear ese modo especial que envuelve todo su trabajo. Digamos que podríamos considerarla como una digna heredera del trabajo del Julia Margaret Cameron y que de un modo u otro se establece una línea de justicia poética que las une desde el pasado hasta el presente.
La inspiración de Sally Mann parte, en un principio, de los elementos que encuentra en lo cercano y cotidiano: su familia y sus hijos, para luego hablar y mostrar sus ideas más profundas respecto a universales como la vida, la belleza, la sexualidad y la muerte. Son sus propias vivencias, su papel como madre, y como mujer los que mueven desde el interior el trabajo de la fotógrafa.
Pocos artistas han igualado su mirada hacia la intimidad y la familia de una forma firme a la par que sencilla. Es una fotógrafa impecable en la técnica sabedora de que el conocimiento de las herramientas fotográficas es el que finalmente dirime a la hora de lograr composiciones serenas y elocuentes que llegan directamente a lo más hondo y atávico de nuestro ser.
