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«Aleix Plademunt es un joven fotógrafo emergente español que reflexiona sobre cuestiones relacionadas con el espacio y los usos y alteraciones que la mano del ser humano realiza sobre él. Es consciente de la relación biunívoca que se establece entre ambos (espacio – ser humano) obteniendo como consecuencia una modificación constante y mutua que se extiende en el tiempo sin fin. Además del espacio y su relación con quienes lo habitamos, Plademunt reflexiona acerca de los mensajes visuales y sobre cómo la saturación salvaje de información a la que nos somete la sociedad de consumo en la que estamos instalados, paradójicamente consigue desinformar y desensibilizar, perdiendo contenido y por ende capacidad de suscitar movimientos de acción-reacción en quienes la recibimos»
Sobre el cimiento de estos pensamientos y reflexiones surge Nada.
Declaración de intenciones del artista
El proyecto Nada es una reflexión sobre el uso de la palabra y la invasión publicitaria que recibimos actualmente en todo el mundo.
Vivimos en un mundo de consumo generado y alimentado por nosotros mismos. Una de las invitaciones más recurrentes a consumir es la palabra. Estamos rodeados de palabras. La palabra está siempre presente en nuestros escenarios. Mensajes en las vallas publicitarias, en las paredes y fachadas, en las bolsas de la compra, en los coches, autobuses, metros, en los camiones, en los cristales, en el suelo, en la carretera, en el mobiliario urbano, en los solares, en la televisión, en la prensa escrita. Esta invitación e invasión constante de mensajes nos lleva a un estado de saturación en el que se pierden los significados. El consumo de la nada.
El proyecto fotográfico propiamente ha consistido en localizar estos lugares invadidos por el mensaje publicitario. Se han tapado los carteles con un soporte blanco, escribiendo la palabra nada en la lengua del país donde se ha realizado la intervención. La imagen fotográfica resultante ha sido la fotografía de la instalación.
Con el fin de incidir en el concepto de mundialización, el proyecto se ha desarrollado en 11 países de 5 continentes (España, Chile, Argentina, México, USA, Japón, China, Rusia, Egipto, Turquía y Grecia). Tanto en macro ciudades como en zonas rurales y alejadas. Estudiando y comparando las peculiaridades en el uso del espacio publico destinado a la publicidad en cada país. Contrastando diferentes culturas, lenguas y alfabetos en el mismo trabajo.
El contenido banal de la información nos llega a través de la vista, del oído, del tacto, del gusto y del olfato. Estamos insensibilizados a recibir estímulos sin contenido ya que la exaltación al consumo ha invadido el espacio público a través de sus mensajes. Se ha comercializado nuestro espacio, produciendo una contaminación visual sin precedentes, en la que nuestros sentidos se ven expuestos a infinitos canales portadores de mensajes superfluos. La palabra ha dejado de ser un elemento vehicular hacia la reflexión y los significados se pierden en el vacío comunicativo de la publicidad.
El proyecto ha sido una inmersión en la cultura del vacío como mensaje, en la nada como contexto, en la mundialización de la nada. La nada con sus mecanismos sutiles se cuela cada día en nuestras vidas disfrazada bajo coloridos imperativos. La intención del proyecto ha sido la de expresar de forma evidente y clara, sin ornamentaciones, el vacío conceptual en el que nos movemos, sirviéndonos de la palabra nada; la creación de un espacio portador de vacío en medio de todos los canales. La nada se presenta de forma reiterante; un término que expresa el vacío, el no ser, pero que sin embargo, su presencia acaba por oxigenar nuestro contexto saturado, el horror al vacío de nuestros escenarios, y se llena de existencia al situarla en el todo. La nada, desde el vacío abre la puerta hacia una reflexión, desde el silencio se convierte en un grito hacia el cuestionamiento. Cuál es la reacción ante la evidencia de la nada ante un mensaje que expresa con honestidad su significado, y ese significado, en principio vacío, es el que ha pretendido desencadenar un replanteamiento de nuestra convivencia con las palabras.
Aleix Plademunt (Girona 1980) es ingeniero técnico y fotógrafo. Sus conocimientos previos y reflexiones sobre temas y problemáticas actuales le ayudan a presentar un corpus fotográfico tan simple como sólido basándose en la gestión de los espacios por un lado, y en la pérdida de capacidad narrativa que la palabra escrita ha experimentado a consecuencia de su uso masificado en los escenarios de la publicidad y el consumo.
Así, el verdadero interés de la fotografía para Plademunt radica en su capacidad de generar un diálogo. Una fotografía le es útil cuando comunica cosas, cuando se convierte en una herramienta para pensar o sentir. Su propósito está en seguir construyendo en el futuro proyectos fotográficos bien articulados y pensados en profundidad, en los que la estética gratuita no tenga cabida y sólo sea importante cuando se convierte en una herramienta para llegar a algún lugar.
En la primera clase de este curso te hemos insistido en la necesidad de contar con pasión por comunicar algo y también hemos remarcado que la cualidad más importante de un proyecto fotográfico ha de ser su coherencia interna. Plademunt y su obra ejemplifican a la perfección estos dos puntos.
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