Recuerdo una mañana en la que revisaba portfolios y trabajos de artistas americanos que se distinguieran por el uso del color tratando de documentar un estudio que llevaba a cabo para la Escuela de Arte. Tras acudir a las fuentes habituales encontré una serie de fotografías de una joven artista de la Costa Oeste norteamericana que ofrecía toda una estética que a mí se me antojaba propia de algunas películas de Alfred Hitchcock. Eso me pareció grandioso porque en sí mismo atesoraba una enorme cualidad; si gran parte del imaginario colectivo que mantenemos del cine de Hitchcock es una amalgama de escenas en Technicolor, ¿era posible entonces que recurriendo al uso intensivo -y excesivo a veces- del color, a los aspectos narrativos de éste en su dimensión expresiva y simbólica, alguien hubiese logrado transmitir con tanto acierto esa estética del maestro del suspense?
Con aquella serie llamada The Big Valley Alex Prager (Los Ángeles, 1,979) consiguió lo que pocos artistas logran a lo largo de toda una vida de trabajo: que se le tomara en consideración por un lado y por otro obtener la proyección necesaria para ser incluida tres años más tarde en la muestra anual de nuevos talentos del MoMA de Nueva York gracias a su primer cortometraje, una maravilla de apenas cuatro minutos de duración llamada Despair (puedes verlo sobre estas líneas) y protagonizada por Bryce Dallas Howard. De nuevo toda la estética de Hitchcock sale a la palestra siendo especialmente reseñable el uso del color rojo.
Alex Prager es una artista visual que se desenvuelve tanto en el campo fotográfico como en el audiovisual, tomando referencias de trabajo que son propias del uno para adaptarlas al otro y viceversa. Eso dota su trabajo de gran dinamismo, ya que su producción fotográfica atesora una increíble apariencia cinematográfica, a menudo hiperrealista, y su obra cinematográfica deviene en estéticas sucesiones de planos que por su composición, iluminación y efectos bien pudieran considerarse auténticas fotografías en movimiento.
A la pregunta sobre sus referentes estéticos e influencias, Alex Prager responde con una lista casi interminable de iconos artísticos, todos ellos claramente vinculados al uso del color «Me inspiran la edad dorada de Hollywood, los melodramas de Douglas Sirk, las imágenes de William Eggleston, Philip-Lorca diCorcia y Gregory Crewdson, los retratos femeninos de Cindy Sherman y la fotografía de moda de Guy Bourdin y Helmut Newton, además de las viejas portadas de Vogue», asegura la artista. Basta contemplar con detenimiento alguna de sus series fotográficas o alguno de sus films para, efectivamente, reconocer todo ese conglomerado artístico sensorial. Es más, si practicamos un pequeño análisis nos daremos cuenta de que toda esa influencia es recurrente una y otra vez en su trabajo, resultando los guiños constantes a los referentes un divertimento en el que -casi a modo de juego- se nos invita a descubrir a esos artistas latentes en cada trabajo. Convendría reseñar asímismo el papel y la relación que Alex mantiene con su hermana menor, la también artista Vanessa Prager, a la que hace partícipe de sus proyectos en su vertiente artística y que suele posar en sus fotografías como modelo excepcional.
En muchos aspectos las fotografías de Alex Prager nos recuerdan a las de Cindy Sherman. Sin embargo, Prager no se muestra como una simple continuadora de Sherman sino que en sus imágenes se aprecia una clara evolución hacia una estética más compleja y moderna. Si bien sus primeros años han girado en torno a la imagen sofisticada e incluso grotesca de los conceptos de belleza y mujer y la relación subyacente entre ellos trabajando en el ámbito del retrato, campañas de moda y editoriales, su última pieza Face in the Crowd es un alegato al sentimiento de soledad dentro de la muchedumbre, del tratamiento estético de esa multitud que nos aterra y un estudio de cómo los estados psicológicos y emocionales del sujeto determinan qué percibe el individuo inmerso en la multitud y cómo ésta le absorbe. De alguna manera su trabajo ha sufrido un giro de madurez del que ella misma predica «siento como si hubiese estado trabajando en este concepto desde el principio de mi carrera como fotógrafa».
Alex Prager (01 de noviembre 1979) es una fotógrafa y cineasta norteamericana que reside y trabaja en Los Ángeles. Las escenografías y la caracterización de los personajes que realiza, pretenden conseguir principalmente un aspecto cinematográfico en sus fotografías las cuales recogen una amalgama variopinta de referencias relacionadas no sólo con el mundo de Hollywood y la fotografía en si misma, sino también a la imagen cinematográfica en contextos de arte en general.
Alex Prager WEB.
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Te dejamos con una recopilación de algunas de sus fotografías más significativas para que disfrutes de unos minutos en technicolor aderezados con la música de French For Rabbits. Que disfrutes del fin de semana, nos volvemos a ver en nuestra cita mensual de Fotografos en diciembre!