Confieso que me siento un poco extraña al sentarme frente al teclado hoy. Lo cierto es que llevo unos días en una especie de estado de shock «acumulado». No es que me sobrepase lo que está pasando, me sobrepasan algunas personas, sus comentarios, sus lamentos por no poder irse de vacaciones o salir a cenar fuera. Por favor… ¿con la que está cayendo te vas a poner a lloriquear por eso? . Pero bueno, no voy a coger este camino hoy. No quiero hacerlo. Prefiero centrarme en otros aspectos más positivos de la época tan complicada que nos está tocando vivir. Aunque no sé si hago bien, porque de tan comedida que soy para opinar públicamente de ciertas cosas, llega un momento en el que me arden los dedos. ¡¡literalmente!! En fin, respiraré hondo y continuaré. Es lo que siempre hago.
Hacía mil años que no me pasaba por aquí para escribir, y eso es algo que pretendo corregir. He tenido tantísimo trabajo en los últimos meses que no es que no haya podido hacerlo, es que ¡se me olvidó que tenía un blog!.
La pandemia me ha tenido más ocupada de lo normal y se me han multiplicado los frentes abiertos. Muchas/os habéis optado por aprender fotografía durante los meses que ha durado el confinamiento y mi gabinete de psicología online se ha llenado personas que lo han estado pasando muy mal este último año. Me siento muy agradecida por la confianza que la gente pone en mi para casi todo lo que hago, todavía me parece increíble cuando echo la vista atrás hace diez años y puedo ver lo bien que me ha tratado la vida en todo…
El caso es que me estoy reactivando en la escuela. Necesito poner un poco más de fotografía en mi vida. Necesito Arte para sobrellevar todo esto.
En Instagram he comenzado la temporada cambiando radicalmente mi modo de publicar y tengo que decir que me está encantando. Necesitaba reilusionarme, hacer algo distinto y creo que he conseguido un buen estímulo con los monográficos semanales. Parece que a todo el mundo le está gustando así que doble felicidad. Hasta ahora hemos dado pinceladas sobre Stephen Shore, Nan Goldin, William Eggleston, Laura Letinsky; y los dos que vienen de camino… ay, es que me encantan! Vaya, que lo estoy disfrutando.
Aquí en la escuela, he decidido implantar un nuevo sistema que resulte más directo y económico para vosotras/os. Como soy muy consciente de lo que pasa y de lo que está por venir, prefiero actuar en lugar de quejarme porque mi vida ha cambiado. Intento adaptarme, exactamente igual que hacéis cada día todas/os vosotras/os y por eso he modificado la modalidad en la que podéis hacer nuestros cursos eligiendo entre BASIC Y PRO.
En realidad es muy sencillo: a partir de hoy mismo os podéis inscribir en cualquier curso de la escuela en modalidad BASIC. Se accede directamente a todos los contenidos (absolutamente todos sin restricciones), pero sin campus virtual ni tutorías con los profesores. Observaréis que por ese motivo los precios bajan drásticamente, en concreto un 50%.
Las inscripciones PRO incluyen todo el paquete. Se trata de una forma diferente de hacer los cursos, con la compañía de otras personas, trabajando en equipo, con acceso al campus virtual y con las tutorías que, para mi, son lo mejor y lo más divertido.
No tengo ni la más remota idea de lo que nos depararán los próximos meses y la verdad, no me preocupa demasiado en este momento. Prefiero dejarme llevar e ir viendo día a día, poco a poco. No penséis que me siento derrotista o que soy pesimismista; más bien todo lo cotrario. Tenemos una gran capacidad de lucha y de adaptación, pero no siempre hay que partirse el pecho nadando contra la corriente. Ahora opto por flotar y ver a dónde fluye todo esto. Mientras tanto, vuelvo a mi refugio que es la fotografía, a disfrutar de lo que hago y de lo que me enseñan las y los grandes. Si estás conmigo, ven p’aca que te hago hueco. Lo llevaremos lo mejor que podamos juntas/os.
Me parece una idea fundamental en estos momentos reinventarse, sobrevivir hasta que volvamos, porque volveremos a la realidad que teníamos. Suerte en estos nuevos proyectos y animo, porque si perdemos el animo nos perdemos a nosotros mismos.
Gracias Mónica. Un abrazo fuerte :*